En el camino Estados Unidos enfrentó a rivales como Eslovenia, Irán, Brasil, Túnez y en la final derroto cómodamente al equipo turco. La selección americana presentó un defensa muy solida, recibió muy pocos puntos, aplico presión a sus rivales en determinantes momentos, tuvo pocos errores, además atacó con excelencia y rompimientos rápidos, pero sobre todo hizo lo más importante; tuvo un juego COLECTIVO. Pocas veces el equipo se vio en apuros ni tuvo que afrontar remontadas, jugó con tranquilidad y soberbia, sus jugadores demostraron que el nivel de la NBA sigue siendo el mejor.
No fue necesario requerir de jugadores estrellas, como Kobe Bryant, Lebron James, Dwight Howard o Dwyane Wade, llevaron un equipo muy competitivo con buenas figuras, pero esto demuestra que todavía el nivel que ofrece la NBA es claro, no hay nada mejor, los Estados Unidos sigue siendo la potencia mundial y aunque un el ranking diga lo contrario; siempre ha sido el numero 1. El juego norteamericano fue claro y muy contundente, fue sencillamente perfecto y arrollador; hay que decirlo sin ningún tipo de desprecio, Estados Unidos no tuvo rival, ganó el mundial de la FIBA caminando.
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